A continuación encontrarás una lista con los animales marinos más peligrosos de los océanos. Algunos de ellos están considerados peligrosos por su aspecto y carácter defensivo y amenazador pero nos sorprenderá conocer cuál es el animal marino que produce más muertes anualmente entre los bañistas.
Medusas, los más peligrosos seres marinos
Algunos tipos de medusas como la Medusa avispa de mar o medusa de caja matan más gente al año que el resto de animales marinos juntos. Su picadura puede provocar la muerte en menos de una hora si se ha inoculado suficiente cantidad y dependiendo del peso de la persona afectada acabará produciéndose un fallo cardíaco de fatales consecuencias. Este tipo de medusa no vive en las zonas costeras de mediterráneo y su hábitat natural se encuentra en aguas cálidas de Australia, Indonesia y Filipinas.
Gran tiburón blanco
Alcanzó gran popularidad con las películas de Spielberg y desde ahí se extendió su fama como auténtico depredador de los océanos. La verdad es que en realidad apenas se registran fallecimientos cada año por ataques de tiburón. La mayoría de las especies rehúyen el contacto con humanos a menos que se vean amenazadas. Podríamos decir que no formamos parte de su dieta habitual.
Pulpo de anillos azules
Esta variedad de pulpo es poseedora de una de las neurotoxinas más potentes del mundo animal. Su pequeño tamaño no debe hacer que subestimemos su peligrosidad puesto que una pequeña cantidad de esta sustancia es capaz de matar a varias personas consecutivamente. Su hábitat natural se encuentra en zonas templadas de la zona asiática del océano pacífico.
Cabracho o rascasa
Este pez es a la vez un manjar culinario y una pesadilla para aquellos que se acaban pinchando con alguna de sus puntiagudas aletas. Estas poseen un veneno que, si bien en muy raras ocasiones podría acabar causando la muerte, sí que producirá un intenso dolor en la zona afectada.
Se trata de un pez que sí que encontramos en el litoral mediterráneo con bastante frecuencia y además cercano a zonas de baño. Suele estar cerca de zonas rocosas y si andamos por éstas no es tan infrecuente acabar pinchándose con alguno puesto que no es muy rápido de movimientos.